Sabemos que tanto el dorso como el ápice lingual son importantes en la articulación de los fonemas. También su base lo es dentro del patrón resonancial. Si tenemos un frenillo corto que no nos permite tener contacto linguo-palatal, van a estar comprometidos el reposo lingual y la deglución. Esto ocasionará empuje lingual trayendo aparejado problemas en las piezas dentarias, etc. También falta de desarrollo transversal del paladar por ausencia del estímulo de crecimiento que supone contacto linguo-palatino; lo que da como resultante un maxilar superior más estrecho, paladar alto y apiñamiento dentario.
Según la literatura el ápice lingual debe estar en leve contacto con las rugas palatinas sin que haya ningún desborde de la lengua. La posición correcta dentro de la boca permite que las cavidades de resonancia funcionen armoniosamente; no sucede lo mismo cuando está retraída (hacia atrás) o muy adelantada.
Si la lengua está atada a un frenillo corto o anteriorizado con poca movilidad, va a estar descendida en el piso bucal. También dentro de la clínica encontramos a veces que el ápice está en contacto con el labio inferior con una posición adelantada que repite en cada movimiento deglutorio.
Y aquí cabe mencionar lo que dice la especialista Fga Lic. Norma Chiavaro (2012) que a partir del punto anterior es donde se establece el equilibrio linguo-palatal.
(Okeson 1999) Cuando la mandíbula está estable los músculos digástricos asociados con los suprahioideos elevan al hioides y con ella a la lengua. Chiavaro continúa diciendo que a partir del punto palatino anterior recibe el acoplamiento del ápice lingual quien busca y necesita un punto fijo y estable a partir del cual ejercerá la suficiente presión como para dar lugar al disparo de los movimientos que la lengua requiera. Depende de su ubicación que el ápice lingual encuentre en el dicha estabilidad o la busque en otro punto cercano.
Por eso es importante observar la postura de reposo de la unidad funcional linguo-hioidea. Recordemos que el contacto y apoyo lingual será el más próximo a su reposo o sea que la ANM parte de la postura de reposo y sin desarrollar demasiada energía contacta y desencadena la acción.
El Fonoaudiólogo debe evaluar el frenillo lingual del paciente que llega a consulta con dislalia o deglución disfuncional. Se puede utilizar el protocolo propuesto por Marchesan. Luego es interesante hacer la interconsulta con ORL o cirujano maxilofacial para saber si se requiere frenectomía.
Entonces recordemos que aunque no exista rotacismo debemos evaluar el frenillo lingual.
Lic. Daniel Guzmán - Fonoaudiólogo MN8815 MP 4697
Planta permanente Hospital San Juan de Dios
Blog de la Escuela Latinoamericana de Canto, especializada en la educación de la Voz de Contratenor - Director: Mtro. Lic. Daniel Guzmán - Fonoaudiólogo - Cantante Lírico - Ciudad Autónoma de Buenos Aires www.escuelalatinoamericanadecanto.com contratenorguzman@yahoo.com.ar
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26 julio 2014
17 julio 2014
ALTERACIONES VOCALES POR USO MUSCULAR INADECUADO: "Trastorno Isométrico Laríngeo"
Constituye uno de los trastornos más frecuentes dentro de la clínica, se observa generalmente en sujetos que utilizan la voz sin preparación previa o con mala técnica vocal. Podemos palpar un aumento generalizado de la tensión muscular de la laringe, en los músculos suprahioideos y en especial en las zonas agudas donde la voz tiene mayor exigencia. Una elevación crónica de la laringe y por lo general una hiperextensión del cuello y la mandíbula en el ascenso hacia el agudo.
Una característica clave en el patrón isométrico de hiperfunción laríngea y perilaríngea es el papel que desempeña el músculo cricoaritenoideo posterior en la abducción de la glotis. Sabemos que la estructura histológica del cricoaritenoideo posterior está bien adaptada para cumplir esta función. Tiene más fibras musculares de tipo I que todos los otros músculos intrínsecos de la laringe. Por lo tanto cuando la laringe se halla en un estado de hiperfunción, la contracción mantenida del cricoaritenoideo posterior puede causar una deflexión del cartílago aritenoides que desciende en la articulación cricoaritenoidea abriendo la comisura posterior, creando así una abertura glótica AGP.
Esta hipótesis se vio respaldada por Crumley, Izdebski, Mc Micken en 1983, donde utilizacron laringes de cadáver humano recién disecadas, las cuales fueron colacadas en un marco con los músculos intrínsecos unidos a cuerdas con una tracción en la dirección de la contracción muscular. Observaron que cuando la glotis se cerraba mediante una tracción intensa de los músculos interaritenoideo y cricoaritenoideo externo, bastaba una ligera tracción en el cricoaritenoideo posterior para abrir la abertura posterior de manera que produjera una forma de glotis como la observada en este tipo de pacientes.
Esta magnitud de la abertura glótica posterior puede estar también relacionada con la hiperfunción de la musculatura suprahioidea. Otros estudios realizados en poblaciones clínicas y en sujetos normales simulando disfonías por uso muscular indadecuado han puesto de manifiesto que la magnitud de la abertura glótica posterior está directamente relacionada con la rapidez del flujo aéreo de fonación, las percepciones de susurro, el ruido espectral y determinados perfiles de intensidad en los espectros acústicos.
Es frecuente identificar una enfermedad de la mucosa de los repliegues vocales como elemento del diagnóstico, que generalmente se supone secundario al patrón específico del uso muscular inadecuado asociado a la postura isométrica laríngea. Hirano ha puesto de manifiesto la estructura cordal en 5 capas; las dos capas superficiales, que incluyen a la mucosa y la lámina propia superficial ( espacio de Reinke) consituyen el revestimiento de la CV y las tres capas más profundas; la lámina propia elástica media, la lámina propia colagenosa profunda y el músculo vocal que forman el cuerpo de la CV. Los músculo se contraen durante la fonación y la fuerza de esta contracción depende de diferentes factores, durante la fonación el revestimiento fluye alrededor del borde de avance del cuerpo de la CV, produciendo el efecto de onda mucosa que se observa en la estroboscopia. Es necesaria una laxitud del revestimiento que recubre el cuerpo muscular para obtener una fonación clara. En los casos de fonación tensa las fuerzas de desgarro pueden lesionar este delicado tejido de la lámina propia superficial, produciendo edema, hemorragia o fibrosis. Por lo tanto estas fuerzas pueden también traer aparejada la aparición de nódulos.
La hiperaducción fonatoria provoca tensión en los músculos intrínsecos y extrínsecos de la laringe por la implicación de todo el mecanismo muscular suspensor de la laringe. Se incrementan también el tono muscular, la fuerza espiratoria y la presión subglótica. Encontramos también una laringe en posición crónicamente alta y cuando más alta más cerrada creando así cierta constricción. (P.Farías 2007) La falta de variabilidad de la altura laringea en fonación se relaciona con un incremento de tensión de la musculatura intrínseca y extrínseca de la laringe.
Un indicador podría ser la pérdida de craqueo laríngeo. Si le pedimos que sostenga una vocal y movilizamos su laringe encontraremos que no hay variabilidad de tono. El paciente manifiesta dolor o molestia en la laringe o hioides y sensación de cuerpo extraño con molestias al tragar. Muchos se quejan también de dolor en los oídos, esternón y pecho.
Podemos decir entonces que la hiperfunción es una exacerbación de la acción muscular de cualquiera de los mecanismos que participan en la producción vocal. Por eso es importante detectar estos mecanismos alterados y aplicar la terapéutica adecuada restableciendo así la voz del paciente.
Lic. Daniel Guzmán
Fonoaudiólogo MN 8815 MP 4697
Cantante Lírico
Una característica clave en el patrón isométrico de hiperfunción laríngea y perilaríngea es el papel que desempeña el músculo cricoaritenoideo posterior en la abducción de la glotis. Sabemos que la estructura histológica del cricoaritenoideo posterior está bien adaptada para cumplir esta función. Tiene más fibras musculares de tipo I que todos los otros músculos intrínsecos de la laringe. Por lo tanto cuando la laringe se halla en un estado de hiperfunción, la contracción mantenida del cricoaritenoideo posterior puede causar una deflexión del cartílago aritenoides que desciende en la articulación cricoaritenoidea abriendo la comisura posterior, creando así una abertura glótica AGP.
Esta hipótesis se vio respaldada por Crumley, Izdebski, Mc Micken en 1983, donde utilizacron laringes de cadáver humano recién disecadas, las cuales fueron colacadas en un marco con los músculos intrínsecos unidos a cuerdas con una tracción en la dirección de la contracción muscular. Observaron que cuando la glotis se cerraba mediante una tracción intensa de los músculos interaritenoideo y cricoaritenoideo externo, bastaba una ligera tracción en el cricoaritenoideo posterior para abrir la abertura posterior de manera que produjera una forma de glotis como la observada en este tipo de pacientes.
Esta magnitud de la abertura glótica posterior puede estar también relacionada con la hiperfunción de la musculatura suprahioidea. Otros estudios realizados en poblaciones clínicas y en sujetos normales simulando disfonías por uso muscular indadecuado han puesto de manifiesto que la magnitud de la abertura glótica posterior está directamente relacionada con la rapidez del flujo aéreo de fonación, las percepciones de susurro, el ruido espectral y determinados perfiles de intensidad en los espectros acústicos.
Es frecuente identificar una enfermedad de la mucosa de los repliegues vocales como elemento del diagnóstico, que generalmente se supone secundario al patrón específico del uso muscular inadecuado asociado a la postura isométrica laríngea. Hirano ha puesto de manifiesto la estructura cordal en 5 capas; las dos capas superficiales, que incluyen a la mucosa y la lámina propia superficial ( espacio de Reinke) consituyen el revestimiento de la CV y las tres capas más profundas; la lámina propia elástica media, la lámina propia colagenosa profunda y el músculo vocal que forman el cuerpo de la CV. Los músculo se contraen durante la fonación y la fuerza de esta contracción depende de diferentes factores, durante la fonación el revestimiento fluye alrededor del borde de avance del cuerpo de la CV, produciendo el efecto de onda mucosa que se observa en la estroboscopia. Es necesaria una laxitud del revestimiento que recubre el cuerpo muscular para obtener una fonación clara. En los casos de fonación tensa las fuerzas de desgarro pueden lesionar este delicado tejido de la lámina propia superficial, produciendo edema, hemorragia o fibrosis. Por lo tanto estas fuerzas pueden también traer aparejada la aparición de nódulos.
La hiperaducción fonatoria provoca tensión en los músculos intrínsecos y extrínsecos de la laringe por la implicación de todo el mecanismo muscular suspensor de la laringe. Se incrementan también el tono muscular, la fuerza espiratoria y la presión subglótica. Encontramos también una laringe en posición crónicamente alta y cuando más alta más cerrada creando así cierta constricción. (P.Farías 2007) La falta de variabilidad de la altura laringea en fonación se relaciona con un incremento de tensión de la musculatura intrínseca y extrínseca de la laringe.
Un indicador podría ser la pérdida de craqueo laríngeo. Si le pedimos que sostenga una vocal y movilizamos su laringe encontraremos que no hay variabilidad de tono. El paciente manifiesta dolor o molestia en la laringe o hioides y sensación de cuerpo extraño con molestias al tragar. Muchos se quejan también de dolor en los oídos, esternón y pecho.
Podemos decir entonces que la hiperfunción es una exacerbación de la acción muscular de cualquiera de los mecanismos que participan en la producción vocal. Por eso es importante detectar estos mecanismos alterados y aplicar la terapéutica adecuada restableciendo así la voz del paciente.
Lic. Daniel Guzmán
Fonoaudiólogo MN 8815 MP 4697
Cantante Lírico
13 julio 2014
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