Todavía algunos colegas y ORL siguen manejando los antiguos y erróneos términos de clasificación, HIPERTONÍA /HIPOTONÍA CORDAL.
Dice la Dra Fga Patricia Farías: Comprender lo inadecuado de esta clasificación "Hipotonía e Hipertonía cordal" es muy sencillo; estos conceptos surgieron en épocas de poco desarrollo instrumental, se valoraba mediante espejo de García e incluso luego con nasofibroscopía y luz contínua, cuando no se observaba ninguna lesión en la CV y el ORL creía ver una aducción más firme o voz más tensa, refería "hipertonía cordal" y cuando creía ver disminución del cierre glótico o voz soplada, refería "hipotonía cordal".
El tono cordal, así como el tono de cualquier músculo que no pueda palparse, no puede definirse por la visión del mismo. En tal caso se puede determinar si un músculo se contrae o no mediante la electromiografía. Esta clasificación derivaba en una terapia foniátrica inadecuada, ya que se indicaba para "hipotonía cordal" ejercicios de fuerza para generar aumento de tono, y para la "hipertonía cordal" ejercicios de relajación para disminuir el tono. Si analizamos la situación veremos que:
El paciente disfónico en un 90% de los casos (o más inclusive) llega a padecer disfonía por mal uso vocal, que se caracteriza por exceso de tensión. Dentro de ese porcentaje muchos eran diagnosticados (y aún hoy lamentablemente en algunas regiones de nuestro país y también en paises vecinos...) como "hipotonía cordal". Si el terapeuta que toma el caso considera el logaritmo antiguo al efectuar ejercicios de fuerza para generar más cierre logrará empeorará la función vocal. Otro grupo grande era (y es) diagnosticado como "hipertonía cordal"; esto es menos preocupante, precisamente por tener la mayoría de los pacientes el componente de tensión, pero también es obsoleto el concepto de "relajar" hasta que disminuya la "hipertonía", hoy día sabemos que en la terapéutica, lo primordial es el entrenamiento inmediato en el uso de la voz.
Por eso consideraremos mejor utilizar los términos "Hiperfunción e Hipofunción" que NO son sinónimos de los términos anteriores que hacían supuesta referencia al tono cordal intrínseco.
HIPERFUNCIÓN: Es lo que caracteriza a todas las disfonías vinculadas al mal uso, e implica un uso muscular exacerbado de los músculos que intervienen en el proceso fonatorio y la participación activa de músculos que no intervienen fisiológicamente en dicho proceso. Se observa un cierre cordal hiperaducido desde leve hasta severo como en la disfonía por TM y la disfonía espasmódica. Sostenida en el tiempo llevará a la percepción de aspereza.
HIPOFUNCIÓN: Implica un uso disminuido de los músculos que intervienen en el porceso fonatorio por debilidad de los mismos asociada a cuadros orgánicos: en sulcus, en parálisis cordal, en presbifonías. El cierre cordal es disminuido desde contacto leve en una voz muy grave (ej Parkinson) hasta la falta de contacto como en el susurro o el bowing patológico (surco, parálisis, etc). Sostenida en el tiempo llevará a la percepción de soplo.
CONSIDERAR: Cuando los pacientes tienen disfonías audibles donde no se hace diagnóstico de lesión de masa se debe reconsiderar el diagnóstico luego de una terapia vocal empírica.
En pacientes con lesiones pequeñas que impresionan nódulos y no responden a la terapia vocal, reconsiderar el diagnóstico con estroboscopía.
En pacientes con disfonía considerable y que no arroja mayor resultado al magnificar imágenes y con luz estroboscópica considerar que se trate de una disfonía por TM en equipo multidisciplinario (ej caso que parece espasmódico). Considerar la interconsulta con neurología en pacientes con signos y síntomas dudosos (inestablilidad vocal, astenia, nasalidad dudosa, aparente alteración articulatoria, etc) y a gastroenterología en pacientes refractarios al tratamiento empírico de laringitis por RF.
Lic. Daniel Guzmán
Fonoaudiólogo MN 8815 MP 4697
Hospital San Juan de Dios
ARGENTINA
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