Y es precisamente en la boca donde se constituye esa cavidad y se forma por medio del movimiento de la lengua, (emisión ósea, boca cerrada al principio y luego boca abierta-faringe cerrada) gracias a la línea de separación de los dos planos paladar-lengua.
Volúmenes relativos de cada una de las vocales:
1) Foco: línea de bipartición (Faringe-boca), lugar de la distinción de las dos cavidades, de las cuales una está destinada al canto (faringe) y la otra a la palabra (boca). Se consigue estrechando los labios hacia adelante sin retraer las comisuras laterales. La lengua se adelanta ligeramente apoyándose el ápice sobre la parte posterior de los incisivos inferiores. Aquí es conveniente controlar los puntos de apoyo de la parte superior de la lengua. Debe formar una cúpula y en el vértice de la curva se realiza la articulación con el paladar duro y será mejor cuanto más anterior sea (nivel de los premolares).
Es importante la posición de la lengua, que el alumno la pueda hacer consciente. Cabe aclarar que la fatiga responde a un esfuerzo, producto de algún vicio anclado en alguna parte. El desequilibrio puede provenir de una mala posición en la línea de separación a nivel del dorso de la lengua o también puede provenir de un inadecuado volumen vocálico.
2) Volumen vocálico: son relativos a cada vocal y de ellos dependen las distintas características de cada una de ellas. Las formas de las cavidades está relacionada con la anatomía de cada emisor. Cuanto más amplio sea el volumen bucal y más extensa la masa labial, menor debe ser la apertura de la boca.
Entonces podemos decir que para el canto podemos distinguir dos grupos de vocales, las de apertura mínima, con boca casi cerrada (vocales cerradas) y con una apertura progresivamente creciente en función de cada vocal (vocales abiertas).
Descripción: para las vocales cerradas los labios están alargados hacia adelante, los dientes se tocan casi si apretar, el dorso de la lengua está casi pegado al paladar.
En lo concerniente a las vocales realizadas a boca cerrada, pretende designar una estructura opuesta a la siguiente y que hace referencia a una apertura de la boca. Pero esto despierta la noción del acercamiento de los dientes que, como se recordará deben estar en contacto sin ninguna presión. Es un cierre por contacto puro y simple de los arcos dentarios superior e inferior, sin que ninguna tensión se haga sentir a nivel de los músculos masticadores. En esa posición sólo existe una tensión muscular de contención. Estaríamos muy cerca de la posición de relajación normal de la mandíbula inferior.
Las otras vocales piden una apertura bucal. Conservamos la angulación de la línea que marca la unión paladar-lengua, unión virtual puesto que se sabe que una hendidura mínima separa ambos planos, el relativo al paladar duro y el que corresponde al dorso de la lengua.
Entonces yendo de la apertura mínima a la de apertura mayor tendremos la O después la A, la E abierta y luego en apertura máxima las nasales AN, IN, ON, UN; (en cuanto a EU se sitúa entre la O y la A).
Consideramos la apertura, vigilando que en ningún momento haya retracción de las comisuras hacia atrás; la línea de unión paladar-lengua permanece igual y así el volumen se va tornando mayor.
A medida que la boca se abre, la punta de la lengua se separa de la base de la boca y de la cara posterior de los incisivos inferiores, aunque todo dependerá del tamaño de la lengua. Pero no podemos conservar el contacto inferior de la misma manera que con las vocales A, boca cerrada.
La cúpula de la lengua permanece en el punto fijo en la línea de demarcación faringe-boca. Recordemos también que las comisuras labiales deben estar reducidas a una mínima actividad.
Reducir el trabajo de los músculos risorios cuya función es al de tirar de las comisuras. Los labios se levantan lateralmente, se estiran y se tensan pero No las comisuras. Esto es interesante reforzarlo cuando las estructuras faciales son estrechas, aumentar así la cavidad vocal anterior, consagrada a las vocales alargando los labios inferior y superior.
Es necesario que el volumen vocal sea moldeado en una cavidad independiente y aislada de la cavidad faríngea destinada a cantar. La postura de los labios da en su conjunto una tonicidad facial muy particular y asegura por sincinesia (asociación funcional) que la musculatura del oído medio se ponga en posición de control.
Aconsejo a mis alumnos la utilización del espejo, que se miren y observen los movimientos de los labios, la lengua y el control de la apertura bucal y como esto va incidiendo en la colocación de los sonidos. La función de este conjunto boca, labios ,lengua siempre igual y específico para esa vocal.
Cuando hablamos de cavidad bucal, nos referimos a la boca y en especial a la parte anterior. Limitada arriba por el paladar duro, abajo por la parte anterior del dorso de la lengua y delante por el orificio bucal; por tanto el volumen de esa cavidad es variable y está dada por la apertura de la boca.
Sea cual sea el calibre de la salida bucal, circunscripta a la vez por el labio superior e inferior, la cavidad sigue limitada en la parte superior por el paladar duro y en la inferior por el dorso de la lengua. O sea, en la plano sagital se trata de un triángulo cuyos lados tienen una longitud establecida; la que se define por el paladar duro. Entonces; solo es variable el lado anterior, el que corresponde a la apertura; definido por el paladar duro. No así el segundo, que corresponde a la cara superior de la lengua y que tiene una longitud idéntica, se desplaza en función de la apertura de la boca.
Así se instaura un punto de articulación, el mismo que define el ángulo en el vértice de los diferentes triángulos isósceles con la base anterior; o sea ese vértice posterior representa la unión entre el paladar duro y la superficie lingual dorsal, ese lugar de rotación es primordial por lo tanto en la ejercitación habrá que definir ese vértice. La localización y propiocepción por parte del alumno forman parte de las adquisiciones más importantes del acto vocal. Cantar consiste en poner en resonancia el conjunto de la estructura ósea.
Seguidamente nos quedaría por añadir dos cavidades, una faríngea con sus anexos nasofaríngeos y nasales que la coronan y un anexo de la primera, más independiente, que está ahí para servir de molde a unos sonidos, las vocales. La cavidad reservada a las vocales se pone a cantar cuando el hueso y la faringe son activados, cantando. Por tanto la cavidad vocálica entra a su vez, por proximidad en resonancia por el mero hecho de su presencia, de su volumen bien definido y por excitación al nivel de la arista de su vértice. Esa arista se convierte entonces en una hendidura transversal por la que circulan los sonidos. Las frecuencias que los componen, cuya longitud de onda corresponde específicamente a la activación de los volúmenes ofrecido, hacen cantar la cavidad vocálica. Por eso decimos que los sonidos laríngeos son controlados y mantenidos por la conducción ósea. Y el sonido faríngeo es conducido hacia el oído interno gracias al mismo circuito. En cuanto a los sonidos bucales no se controlan como los anteriores; son la consecuencia de la puesta en vibración de la cavidad predeterminada por el volumen de la vocal a producir, provocada por la proximidad de la cavidad faríngea cantante.
A veces las dificultades que aparecen en el canto están provocadas por la palabra que se le adosa. Vemos alumnos que por medio de ejercicios suben a frecuencias agudas y bajan a notas muy graves pero en cuanto se pone en marcha la palabra la cosa se complica limitando así su registro. Probablemente esto reside en un acercamiento inadecuado de las dos cavidades que están desequilibradas y mal limitadas la que responde a los sonidos y la atribuida a las vocales. La unión de ambas es perjudicial para los dos fenómenos resonanciales, el faríngeo y el bucal. Como consecuencia la laringe es arrastrada a una emisión difícil, pierde flexibilidad y debe compensar; entonces se cierra. Cerrar hace que se empuje el sonido, esto conduce al esfuerzo y este esfuerzo rompe la dinámica del canto.
Desde esta perspectiva del no esfuerzo cantamos, imaginando una vocal cualquiera y ofrecerle volumen cambiando la apertura, pero manteniendo los lados del triángulo isósceles, el del plano palatino y el lingual. Si imaginamos una A y empezamos con la boca demasiado cerrada se deformará y la voz no será armoniosa. Pero si seguimos aumentando la apertura, llega un momento en que el sonido emitido es más fácil, no ofrece dificultad, se amplifica y la vocal se redondea. Esto permite una sensación de placer, y las sensaciones propioceptivas hacen pensar de tener en la boca una gran bola de crema Chantilly. Si seguimos aumentando la apertura el sonido pierde de nuevo ese brillo y facilidad, forzando de nuevo la voz y la resonancia ya no es la adecuada.
En el grave y medio no hay cambios. Una A es igual desde el registro alto-medio hasta el grave. Cuando subimos la apertura cambia el volumen vocálico es el mismo, se introduce una modificación que altera la estructura anterior para sustituirla por otra. La línea de articulación palatino lingual, la e faringe- boca que ya nos es familiar se desplaza un poco hacia atrás.. Se desplaza para seguir a la faringe que cambia de forma hacia una posición menos amplia. Pero no podemos hablar de cierre sino de un volumen faríngeo menor por el retroceso lingual y latero faríngeo. Necesitamos de un cambio para acceder a la zona aguda, y se produce una acomodación laríngea. Por tanto si la faringe disminuye de volumen en su centro, la lengua se retira ligeramente hacia atrás, la línea de demarcación también retrocede y para que el volumen bucal permanezca igual está obligado a cambiar de forma. El embudo bucal aumenta debido a la apertura de los labios y el paso de la voz se hace más profundo. Tenemos que tener en cuenta el factor anatómico y considerando esto a partir de un medio alto hay que tener una acomodación diferente, en los agudos cada vocal conserva alguna diferencia de apertura respecto a las otras vocales, por consiguiente para los extremos agudos es difícil precisar si hay variaciones de volumen de una a otra.
La lengua por otro lado es un elemento entorpecedor, si va demasiado atrás reduce el canal faríngeo, también si va demasiado adelante la laringe sube. Recomiendo lo más anterior para los graves y medios. A partir del medio-alto la lengua se desplaza ligeramente hacia atrás de modo que el vértice del arco, lugar donde se asienta la hendidura de separación, retrocede. Esta se acerca a la sutura que existe entre el paladar duro y el velo. Por lo tanto en los agudos extremos se eleva y la hendidura se hace más ancha, pero la altura tonal se vuelve lo que ya es en sí una vocal, una E o una I y se produce una fusión real entre la nota y la vocal.
Para concluir, habrá tantas diferencias constitucionales, estructuras vocálicas diferentes, no en función de su volumen, que seguirá siendo el mismo sino de su forma. De esta depende la posición de los labios más o menos avanzada o colocadas en la parte anterior.
Lic. Daniel Guzmán
Fonoaudiólogo MN8815
Docente de la Facultad de Medicina USAL
2) Volumen vocálico: son relativos a cada vocal y de ellos dependen las distintas características de cada una de ellas. Las formas de las cavidades está relacionada con la anatomía de cada emisor. Cuanto más amplio sea el volumen bucal y más extensa la masa labial, menor debe ser la apertura de la boca.
Entonces podemos decir que para el canto podemos distinguir dos grupos de vocales, las de apertura mínima, con boca casi cerrada (vocales cerradas) y con una apertura progresivamente creciente en función de cada vocal (vocales abiertas).
Descripción: para las vocales cerradas los labios están alargados hacia adelante, los dientes se tocan casi si apretar, el dorso de la lengua está casi pegado al paladar.
En lo concerniente a las vocales realizadas a boca cerrada, pretende designar una estructura opuesta a la siguiente y que hace referencia a una apertura de la boca. Pero esto despierta la noción del acercamiento de los dientes que, como se recordará deben estar en contacto sin ninguna presión. Es un cierre por contacto puro y simple de los arcos dentarios superior e inferior, sin que ninguna tensión se haga sentir a nivel de los músculos masticadores. En esa posición sólo existe una tensión muscular de contención. Estaríamos muy cerca de la posición de relajación normal de la mandíbula inferior.
Las otras vocales piden una apertura bucal. Conservamos la angulación de la línea que marca la unión paladar-lengua, unión virtual puesto que se sabe que una hendidura mínima separa ambos planos, el relativo al paladar duro y el que corresponde al dorso de la lengua.
Entonces yendo de la apertura mínima a la de apertura mayor tendremos la O después la A, la E abierta y luego en apertura máxima las nasales AN, IN, ON, UN; (en cuanto a EU se sitúa entre la O y la A).
Consideramos la apertura, vigilando que en ningún momento haya retracción de las comisuras hacia atrás; la línea de unión paladar-lengua permanece igual y así el volumen se va tornando mayor.
A medida que la boca se abre, la punta de la lengua se separa de la base de la boca y de la cara posterior de los incisivos inferiores, aunque todo dependerá del tamaño de la lengua. Pero no podemos conservar el contacto inferior de la misma manera que con las vocales A, boca cerrada.
La cúpula de la lengua permanece en el punto fijo en la línea de demarcación faringe-boca. Recordemos también que las comisuras labiales deben estar reducidas a una mínima actividad.
Reducir el trabajo de los músculos risorios cuya función es al de tirar de las comisuras. Los labios se levantan lateralmente, se estiran y se tensan pero No las comisuras. Esto es interesante reforzarlo cuando las estructuras faciales son estrechas, aumentar así la cavidad vocal anterior, consagrada a las vocales alargando los labios inferior y superior.
Es necesario que el volumen vocal sea moldeado en una cavidad independiente y aislada de la cavidad faríngea destinada a cantar. La postura de los labios da en su conjunto una tonicidad facial muy particular y asegura por sincinesia (asociación funcional) que la musculatura del oído medio se ponga en posición de control.
Aconsejo a mis alumnos la utilización del espejo, que se miren y observen los movimientos de los labios, la lengua y el control de la apertura bucal y como esto va incidiendo en la colocación de los sonidos. La función de este conjunto boca, labios ,lengua siempre igual y específico para esa vocal.
Cuando hablamos de cavidad bucal, nos referimos a la boca y en especial a la parte anterior. Limitada arriba por el paladar duro, abajo por la parte anterior del dorso de la lengua y delante por el orificio bucal; por tanto el volumen de esa cavidad es variable y está dada por la apertura de la boca.
Sea cual sea el calibre de la salida bucal, circunscripta a la vez por el labio superior e inferior, la cavidad sigue limitada en la parte superior por el paladar duro y en la inferior por el dorso de la lengua. O sea, en la plano sagital se trata de un triángulo cuyos lados tienen una longitud establecida; la que se define por el paladar duro. Entonces; solo es variable el lado anterior, el que corresponde a la apertura; definido por el paladar duro. No así el segundo, que corresponde a la cara superior de la lengua y que tiene una longitud idéntica, se desplaza en función de la apertura de la boca.
Así se instaura un punto de articulación, el mismo que define el ángulo en el vértice de los diferentes triángulos isósceles con la base anterior; o sea ese vértice posterior representa la unión entre el paladar duro y la superficie lingual dorsal, ese lugar de rotación es primordial por lo tanto en la ejercitación habrá que definir ese vértice. La localización y propiocepción por parte del alumno forman parte de las adquisiciones más importantes del acto vocal. Cantar consiste en poner en resonancia el conjunto de la estructura ósea.
Seguidamente nos quedaría por añadir dos cavidades, una faríngea con sus anexos nasofaríngeos y nasales que la coronan y un anexo de la primera, más independiente, que está ahí para servir de molde a unos sonidos, las vocales. La cavidad reservada a las vocales se pone a cantar cuando el hueso y la faringe son activados, cantando. Por tanto la cavidad vocálica entra a su vez, por proximidad en resonancia por el mero hecho de su presencia, de su volumen bien definido y por excitación al nivel de la arista de su vértice. Esa arista se convierte entonces en una hendidura transversal por la que circulan los sonidos. Las frecuencias que los componen, cuya longitud de onda corresponde específicamente a la activación de los volúmenes ofrecido, hacen cantar la cavidad vocálica. Por eso decimos que los sonidos laríngeos son controlados y mantenidos por la conducción ósea. Y el sonido faríngeo es conducido hacia el oído interno gracias al mismo circuito. En cuanto a los sonidos bucales no se controlan como los anteriores; son la consecuencia de la puesta en vibración de la cavidad predeterminada por el volumen de la vocal a producir, provocada por la proximidad de la cavidad faríngea cantante.
A veces las dificultades que aparecen en el canto están provocadas por la palabra que se le adosa. Vemos alumnos que por medio de ejercicios suben a frecuencias agudas y bajan a notas muy graves pero en cuanto se pone en marcha la palabra la cosa se complica limitando así su registro. Probablemente esto reside en un acercamiento inadecuado de las dos cavidades que están desequilibradas y mal limitadas la que responde a los sonidos y la atribuida a las vocales. La unión de ambas es perjudicial para los dos fenómenos resonanciales, el faríngeo y el bucal. Como consecuencia la laringe es arrastrada a una emisión difícil, pierde flexibilidad y debe compensar; entonces se cierra. Cerrar hace que se empuje el sonido, esto conduce al esfuerzo y este esfuerzo rompe la dinámica del canto.
Desde esta perspectiva del no esfuerzo cantamos, imaginando una vocal cualquiera y ofrecerle volumen cambiando la apertura, pero manteniendo los lados del triángulo isósceles, el del plano palatino y el lingual. Si imaginamos una A y empezamos con la boca demasiado cerrada se deformará y la voz no será armoniosa. Pero si seguimos aumentando la apertura, llega un momento en que el sonido emitido es más fácil, no ofrece dificultad, se amplifica y la vocal se redondea. Esto permite una sensación de placer, y las sensaciones propioceptivas hacen pensar de tener en la boca una gran bola de crema Chantilly. Si seguimos aumentando la apertura el sonido pierde de nuevo ese brillo y facilidad, forzando de nuevo la voz y la resonancia ya no es la adecuada.
En el grave y medio no hay cambios. Una A es igual desde el registro alto-medio hasta el grave. Cuando subimos la apertura cambia el volumen vocálico es el mismo, se introduce una modificación que altera la estructura anterior para sustituirla por otra. La línea de articulación palatino lingual, la e faringe- boca que ya nos es familiar se desplaza un poco hacia atrás.. Se desplaza para seguir a la faringe que cambia de forma hacia una posición menos amplia. Pero no podemos hablar de cierre sino de un volumen faríngeo menor por el retroceso lingual y latero faríngeo. Necesitamos de un cambio para acceder a la zona aguda, y se produce una acomodación laríngea. Por tanto si la faringe disminuye de volumen en su centro, la lengua se retira ligeramente hacia atrás, la línea de demarcación también retrocede y para que el volumen bucal permanezca igual está obligado a cambiar de forma. El embudo bucal aumenta debido a la apertura de los labios y el paso de la voz se hace más profundo. Tenemos que tener en cuenta el factor anatómico y considerando esto a partir de un medio alto hay que tener una acomodación diferente, en los agudos cada vocal conserva alguna diferencia de apertura respecto a las otras vocales, por consiguiente para los extremos agudos es difícil precisar si hay variaciones de volumen de una a otra.
La lengua por otro lado es un elemento entorpecedor, si va demasiado atrás reduce el canal faríngeo, también si va demasiado adelante la laringe sube. Recomiendo lo más anterior para los graves y medios. A partir del medio-alto la lengua se desplaza ligeramente hacia atrás de modo que el vértice del arco, lugar donde se asienta la hendidura de separación, retrocede. Esta se acerca a la sutura que existe entre el paladar duro y el velo. Por lo tanto en los agudos extremos se eleva y la hendidura se hace más ancha, pero la altura tonal se vuelve lo que ya es en sí una vocal, una E o una I y se produce una fusión real entre la nota y la vocal.
Para concluir, habrá tantas diferencias constitucionales, estructuras vocálicas diferentes, no en función de su volumen, que seguirá siendo el mismo sino de su forma. De esta depende la posición de los labios más o menos avanzada o colocadas en la parte anterior.
Lic. Daniel Guzmán
Fonoaudiólogo MN8815
Docente de la Facultad de Medicina USAL
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